La fecha de caducidad,
también denominada fecha de vencimiento o fecha límite de utilización de un alimento, es el día límite
para su consumo óptimo desde el punto de vista sanitario para evitar
intoxicaciones. En el caso de los helados, ésta no se establece por que se empeoren
sus condiciones para la ingesta, sino por la evolución de sus partículas que
hacen que pierda su consistencia. Si el helado es correctamente conservado dentro
del recipiente donde se hizo, en un congelador con una temperatura de -19°C, éste aguantará
aproximadamente 12 meses desde el día en que se elaboró, sobre todo si es que
el helado es de crema ya que las grasas que contiene producen que el producto
tarde más en congelarse. Sin embargo, esto implica que la fecha de vencimiento
de los ingredientes con los que se prepare el helado sobrepase este límite de
meses, ya que, de no ser así, nuestro producto vencerá el día en que uno de los
ingredientes llegue a su límite de consumo. Además, requiere que no se rompa la cadena de frío
del congelamiento del helado, porque un producto previamente congelado no debe
ser sometido a un congelamiento por segunda vez porque las bacterias estarían
desarrollándose nuevamente. Por otro lado, uno de los problemas más frecuentes
de la conservación del helado es que éste pierda su consistencia, lo cual se
debe a la arenosidad o a que sus cristales de hielo se junten formando un
bloque y endureciéndose demasiado. Por tales motivos se recomienda que se consuma
en un plazo de tres meses como máximo.
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